LEYENDAS

LEYANDAS

                        IEMANJA

Yemaya es la diosa de las profundidades del mar, fuente de todo origen y vida. Es la deidad de las aguas saladas. Es la diosa madre. Es la dueña de las aguas y representa al mar, fuente fundamental de vida y creencias. De sus pechos habrían brotado las aguas de los continentes, creando luego todo lo demás. Yemaya, la madre de las aguas, es conocida como la Diosa del Agua Salada, Diosa del Encuentro de las Aguas del Río y del Mar, Emperatriz de las Aguas, Reina del Mar, Diosa de la Fecundidad, Madre Primordial y Señora de la Vida. De ella nació todo lo que se conoce.
Yemaya es la reina primigenia, la diosa sagrada de origen africano que se trasladó a países americanos como Brasil, Colombia y Cuba, entre otros. Es la dueña de las riquezas de todos los mares y océanos, de sus perlas, conchas, caracoles, corales y peces. Es natural de Obeokuta, pero sus adoradores principales son del pueblo de Egbado. En los primeros tiempos se la conoció como Ymoja, una de las más grandes diosas de Nigeria, de África y de la diáspora. Se la expresa como una sirena sobre una concha, resplandeciente de belleza y alegría en los océanos. El azul y el celeste, así como las perlas le dan el rango de emperatriz del sentir, y los tonos plateados simbolizan la Luna creciente.
Yemanya diosa mayor de los Orishas y Madre de todos los Orishas, es hija de Olokúm (Dios del Mar). Es la fuente de todas las riquezas, las cuales comparte con su hermana Oxum.
Habita en las aguas saladas de los mares y océanos del mundo, representa el misterio de lo profundo que envuelve a la tierra, rodeada de mares y océanos. Se la asocia a la gestación, a la maternidad y es caracterizada por su fuerza y su determinación, así como por su sentido de la amistad. Representa la mar en calma y tormentosa. Simboliza la maternidad por excelencia. Es la fuerza progenitora, madre de todos los seres humanos. Se la simboliza como una mujer alta, risueña, sabia y con porte de reina, es de carácter orgulloso, indomable, astuto y arrogante. Sus colores son el azul y el blanco, los colores del mar y la espuma. Sus símbolos el abebé, un abanico redondo de metal plateado con la figura de una sirena o un pez, y el axé, una piedra blanca venida de las profundidades, que se guarda en una porcelana azul, rodeada de otros elementos de mar. Danza con un abanico de metal blanco en las manos imitando el movimiento de las aguas y el vaivén de las olas del mar.
Es la Reina del Amor por excelencia, enseñó a todos los demás lo que es el amor. Su bondad y nobleza la distinguen ante la humanidad. Pero, cuando se enfada es irrefrenable e implacable con quién la indignó, aunque sus castigos siempre llevan el peso de la justicia. Su palabra es sagrada.
Domina la creatividad y a la madre natura. Ella manda sobre cada criatura del océano, y trae las lluvias para nutrir la tierra. Dado que el océano es análogo a las aguas que nutren la vida en el vientre de la mujer, Yemaya también reina sobre la fertilidad. Es por eso que es a ella a quien se le ruega cuando se tiene problemas con el embarazo. Como madre, tiene la gloria de ser comprensiva con sus hijos. Se le toma como invocadora de la femineidad. Posee las características propias de la Luna.
Yemaya es quién reina en el mar con su misericordia y milagros. Se le considera protectora de los barcos y patrona de los pescadores, también es dueña de los frutos del mar. Entre los pescadores existe la creencia que cuando hay tormentas fuertes es señal que Yemaya está enojada por algo que ocurrió o porque no le ofrendaron algo que le prometieron. Existe una tradición que cada vez que uno visita el mar si tira una perla por cada ser querido que uno tiene y le asegura que este va a estar bien todo el año. Su día es el sábado.
Su día se celebra el 2 de febrero donde se baila, y se le realizan diversas ofrendas. Como Yemaya es coqueta, adora los collares, los pendientes, los perfumes y las flores, ese día cada mujer construye una pequeña barca y la carga de regalos, mientras en la orilla, alrededor de una fogata o entre velas encendidas, los fieles, vestidos con túnicas blancas, piden deseos y entonan cánticos para alabarla, mientras echan al mar las ofrendas. Terminada la ceremonia se alejan sin dejar de mirar al horizonte, para no dar la espalda a la Diosa. Si el mar se lleva las ofrendas es señal que la Diosa escuchó el pedido y va a ser concedido. En cambio si la barca vuelve a la orilla, es porque Yemanyá ha desoído su súplica.
Cuenta la leyenda que se casó dos veces, primero con Orumlia (Señor de las adivinanzas), y después con Olofìn Odudua, rey de Ifè, con quién tuvo diez hijos, aunque en total se le atribuyen quince (todos dioses). Cuentan que un día, después de discutir con su marido, que había vuelto borracho, y después que este se burlara de los grandes pechos de Yemanyá, ella lo abandonó dirigiéndose hacia las tierras del oeste. Odudua envió entonces a su ejército a capturarla. Al verse rodeada, Yemanyá rompió contra el piso una garrafa con una sustancia que su padre le había dado para defenderse. Se formó entonces un gran río que llevo a la Diosa hacia el Mar, residencia de su padre.
Desde entonces se ha reconocido a Yemanya como Diosa del Mar, mientras que su padre es el Dios de ríos y lagos de agua dulce.
También se cuenta que un día Oloddumare-Olofi emitió un decreto que pedía a todos los orisha que fueran a su Efin (palacio). Yemanya estaba en la tierra en ese momento. Cuando la noticia del decreto llego a ella, estaba sacrificando un carnero, una de sus comidas favoritas. No deseando llegar con las manos vacías ante Olofi, y al no tener ningún otro regalo, coloco la cabeza del carnero en un plato de plata y la llevo al Creador. Mientras esto sucedía, ella fue la única de los orisha que pensó en llevar un presente a Olofi. Conmovido por esta atención, el Creador se levanto de su trono y dijo “Awoyo Ori Dori Re” (una cabeza tras, una de cabecilla serás). Y de ahí en adelante Yemanya fue colocada en un rango por encima de los otros orishas.



ODE OTTIN




Ode el hombre y Otim la mujer son hijos de Iemanya y son enviados por esta al monte en busca de Ogum y como no pueden convencerlo de que vuelva junto a Iemanya Ode y Otim deciden quedarse a vivir en el monte ocupándose Ode de la caza y Otim de la cocina haciendo todo lo que su hermano logra cazar. Encontramos hijos de estos Orixas generalmente en personas que han nacido cerca de montes o en pueblos pequeños alejados de las grandes ciudades, en casos muy especiales dentro de las grandes ciudades se encuentran también hijos de Ode y Otim, esto se debe a que cuando las personas nacen cerca de determinados reinos naturales y el horario coincide con esa energía estando en su mayor vibración, es allí que la protección que tendrá esa persona será con la anuencia de todos los Orixas. Para que Ode proteja a tales personas para el resto de su vida. Será la vibración de ese Orixa que reina en el lugar y en los momentos más difíciles. Esta persona encontrara la calma y renovación espiritual acercándose al reino natural al que pertenece. Los hijos de estos Orixas son generalmente personas muy introvertidas, de poco hablar y no suelen confiar mucho en la gente, gustan de pasar desapercibidos en grandes reuniones aunque les gusta ser invitados. Son buenos amigos, confiables, aunque de poco hablar de sí mismos, luchadores, dados a mantener pocas relaciones amorosas pero duraderas. Son de carácter apacible, suelen meditar mucho antes de llevar a cabo una acción importante, pero también en ocasiones suelen ser impulsivos cosa que generalmente sucede cuando una situación les resulta aplastante y no tienen otra manera de expresar su impotencia. Son generalmente sanos de físico fuerte muy ágiles, no son perezosos por el contrario los hijos de Ode casi siempre son muy trabajadores.
Un Itan (leyenda) cuenta que el cerdito de Ode se comió la cabeza de la oveja de su madre por eso fue sentenciado a no presentarla cabeza del cerdito de frente a los Orixas salvo en caso expreso de abolición. Otro Itan nos cuenta que Otim no es su hermana sino su esposa y es obligada por Iemanya su madre a casarse con el. Ode señor de la caza y de la pesca ha vivido siempre de lo que le ofrece la madre naturaleza, Ode al igual que Ogum y Bara son hermanos dado que por lo general entre sí se complementan porque Bara es el dueño de los caminos pero como los montes eran muy tupidos Ode no podía acceder a muchas presas que cazaba con su arco, para eso se complementaba siempre con su hermano Ogum, dado ello Bara dueño de los caminos pero a su vez entre otras cosas de las discordias también, mientras que Ogum con su machete allanaba el camino de la espesura del monte para que todos en el pueblo pudieran comer de ella, Bara hacia de las suyas pero entre discordias, alegrías y llantos la caza diaria siempre se realizaba y siempre caminaban unidos.
Otro Itam nos cuenta que Ode es el arquero más certero y que para sus cazas bastaba solo una flecha, este se hizo famoso en tierra de Ife en momentos que fue amenazado por un pájaro que trajo negatividad y muchos males a ese pueblo. Oxala llamo a todos los guerreros con la finalidad de liberarse de dicho mal y el único que pudo solamente con una flecha fue Ode quien mata a este animal, es de ahí que se le conozca como Ode el guerrero de una flecha sola, de esa forma fue adorado hasta convertirse en Orixa.
El saludo de Ode es: Oke Bamo
Otim es: Oke Aro
Pero siempre se dice: Oke Bamo ke y Oke Aro ke respectivamente.
El día conferido en la semana es el lunes y los viernes, los múltiplos en números son para él, 3, 5, 7 y para ella, 4, 8, 16 y el anual el 2 de enero.
El color que le corresponde a Ode es el azul color heredado de su madre y para Otim azul y blanco.
Las ofrendas correspondientes son: 2 costillas de cerdo fritas en aceite común, miamia dulce y pipoca mas frutas de todas las clases siempre, en numero par, también se le hacen bolitas de iñame cocido(mandioca) con perejil y dende, para que nos ayude en el trabajo y la vida.

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